Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

sábado, 29 de junio de 2013

Cap de la Gallina Pelada

El Cap de la Gallina Pelada, con sus 2321 metros de altura es la mayor elevación de la Serra d'Ensija. Su ascensión no es fácil para los niños pequeños si éstos no están muy acostumbrados a caminar por la montaña. Los 700 metros de desnivel que hay que superar además del terreno descompuesto de la primera mitad de la subida lo convierten en un auténtico reto para nuestros vástagos. Sin embargo, tomándolo con calma, las vistas al Pedraforca y a las montañas del Cadí - Moixeró, que nos acompañarán durante toda la subida, y los prados alpinos por los que caminaremos la hacen una excursión muy atractiva y recomendable. Eso sí, como he comentado antes, los peques deben ser mayores de 7 años, o si son más pequeños como Jan (pero no mucho más) muy entrenados en estos avatares. La ascensión comienza desde la Font Freda, a la que llegaremos desde Saldes por la B-400. Tras pasar el Coll de la Trapa, antes de llegar a Gósol, nos desviamos a la izquierda por la carretera que conduce a Vallcebre. Tras pasar un Parque de Aventuras, continuaremos un kilómetro más hasta que la carretera hace un giro a la izquierda, donde ya veremos algunos coches aparcados.

Distancia: 7 kilómetros
Tiempo: 5 horas 30 minutos, con paradas
Tiempo para un adulto: 3 horas, sin paradas


Mapa de la ruta - Ed. Alpina

Comenzamos a caminar subiendo las escaleras que conducen a la zona de picnic de la Font Freda. En todo momento seguiremos las marcas blancas y amarillas y, en otras ocasiones, los hitos de piedras que encontraremos a lo largo de la ascensión. El sendero se dirige hacia un torrente seco por un terreno descompuesto que si ya para subir cuesta, en la bajada será peor.

Inicio de la ruta

Adentrándonos en el bosque

Terreno descompuesto

Avanzamos paralelos al torrente poco a poco, para no castigar las piernas de los niños. En algún punto el sendero nos conduce hasta el mismo torrente, seco en esta parte, dificultando la marcha ante la acumulación de guijarros. Hay que estar atentos a las marcas blancas y amarillas para no complicarnos más la subida, pues en algunos momentos el sendero se pierde. Algún que otro paso difícil, mientras nos elevamos dejando a nuestra derecha el torrente al mismo tiempo que a nuestra espalda se levanta la magnífica mole de la cara sur del Pedraforca

Los peques en plena subida

Caminando por el mismo torrente

Algún paso más difícil según subimos

Poco a poco superamos el desnivel

Un poco más arriba el torrente lleva agua, no mucha eso sí, pero nos sirve de ejemplo de lo que debe arrastrar en una buena tormenta. El camino hace un giro hacia la izquierda que nos aleja del torrente a través de un bosque de pino rojo. La subida sigue siendo constante y dura, más que por el desnivel por el terreno que pisamos. Alcanzamos una zona de prados, la Planella Petita, donde nos tomamos un descanso y disfrutamos de las vistas de la sierra del Cadí.

Una pausa para una foto

Dejando el torrente atrás

La pendiente sigue siendo dura

Llegando a la Pradella petita

Nuevamente en marcha, la pendiente se suaviza algo y poco a poco los árboles van desapareciendo. El terreno mejora, lo que facilita la ascensión, sobre todo para Jan, que me alcanza dejando atrás al resto de la familia cuando alcanzamos la Planella Gran.


Saliendo a la zona de prados

Jan más en forma que su hermano y su madre

El camino mejora notablemente

Mientras nos alcanzan yo te hago una foto...

...y tú me haces otra

Desde la explanada observamos lo que nos queda de subida hasta el collado por donde bajaremos al refugio de Delgado Úbeda. La subida es continua, en algunos tramos algo empinada, y gracias a que el terreno ha mejorado, poco a poco la vamos superando. Llegamos a un punto desde donde se divisa la cima del Cap de la Gallina Pelada. Tengo que darle un gel isotónico a la madre porque casi se me desmaya cuando le señalo la cima y ve lo que nos queda hasta alcanzarla. Reparto otro entre los críos, un buen trago de agua y al ataque.


Hay que superar esta elevación por la izquierda

Esperando a la familia

Si no hay marcas hay hitos de piedra

El Cap de la Gallina Pelada aún lejos

Iniciamos el ascenso hacia el collado por un sendero empinado que supera la altura formando lazadas. Cada vez tenemos nuestro objetivo más cerca. Finalmente alcanzamos los prados y nos desviamos hacia la derecha siguiendo los hitos de piedra que encontramos. Desde este punto aún no se ve el refugio, pero para orientarnos a nuestra izquierda debe quedar una barra de hierro. Marchando hacia la derecha con la referencia de la Gallina Pelada, divisamos por fin el refugio Delgado Úbeda. Solo queda bajar por la ladera hasta alcanzarlo.


La madre atacando la subida con nuevas fuerzas

Ya queda menos

Una vez en los prados giramos hacia la derecha

Jan, como un campeón, me sigue a poca distancia

Llegando al refugio

Nos tomamos un merecido descanso en el refugio. Comemos algo, nos hidratamos y conversamos un rato con los guardas. Nos comentan que con los peques, tenemos la cima a 30 minutos. Nos ponemos en marcha siguiendo el sendero muy marcado que en ligera subida bordea la primera elevación. El camino llanea un poco hasta que encaramos la última y fuerte subida hasta la cumbre.

El sendero que conduce hasta la cima

Poco a poco el refugio va quedando atrás

Última subida importante

Erik en plena ascensión

Jan con la cima a tocar

Unos metros antes de llegar a la cima se produce la habitual carrera entre los niños por alcanzarla en primer lugar. Erik, que iba tirando de la madre, parte en desventaja con su hermano, que iba tirando de mí (tendré que cambiar el título del blog a este paso). Coronamos finalmente la cima y nos hacemos las fotos de rigor, disfrutando de unas vistas estupendas en un día muy claro.

¿Quién llegará primero?

Jan en la cima

Cap de la Gallina Pelada, 2321 m.

Los hermanos en la cima

Pasamos un buen rato en la cumbre. No hace viento y el esfuerzo merece esta recompensa. Más fotos con beso de cima incluido (Erik se empeña que hacernos una foto) y los buitres sobrevolando a escasos metros por encima de nosotros (no sé si es que nos ven algo perjudicados).

Jan eufórico en la cima

Erik más tranquilo aprovecha para descansar

Foto a los papis....

...con piquito incluido

Abandonamos la cima bajando la empinada ladera hasta llegar a los prados donde el camino se vuelve más plano. En quince minutos llegamos de nuevo al refugio.

Bajando de la cima

Una paradita en los prados

Atrás queda la Gallina Pelada

Alcanzando nuevamente el refugio

Nos despedimos de los guardas y subimos la ladera para iniciar el descenso hasta la Font Freda. Empieza ahora lo más complicado de la excursión. Una vez que dejamos atrás Les Pradelles el terreno descompuesto y las pequeñas piedras, unidas al desnivel, convierten la bajada en una odisea, en especial para Jan, al que el cansancio le empieza a hacer mella. Poco a poco, vigilando de no resbalar, superamos este tramo llegando por fin al área de picnic de la Font Freda, finalizando la excursión.

Subimos por la ladera

¡Allí hemos subido!

Menos euforia que nos queda la mitad del camino

Alcanzando la Pradella Gran

La bajada se complica

Jan superando los obstáculos del camino

Font Freda