Con los niños a cuesstas

Con los niños a cuesstas

jueves, 30 de mayo de 2013

Puig Castellar

En esta ocasión no hemos tenido que ir muy lejos de casa para ascender una de las montañas que aparecen en el listado del reto de las cien cimas. El Puig Castellar (aunque desde mi niñez siempre lo he conocido como el Turó del Pollo) es una de la elevaciones que hay repartidas  por toda la Serralada de la Marina pero destaca por alojar en su cima los restos de un antiguo poblado ibérico. Hoy todo el recinto está perfectamente restaurado y acondicionado, por lo que merece la pena dedicarle una mañana, pues, repito, el lugar ha mejorado bastante y lo dice alguien que lo ha conocido cuando sólo eran cuatro piedras que sobresalían entre los matorrales. De los diferentes caminos que hay para subir hemos escogido el más sencillo y directo. Un agradable paseo que se puede complementar con una visita al monasterio de Sant Jeroni de la Murtra. La ruta comienza en un claro donde se dejan los coches a escasos metros del monasterio. Desde el nudo de la Trinidad, seguiremos la B-20 dirección Mataró y nos saldremos en la salida 19 de Sta. Coloma. Continuaremos por la Avda. Pallaresa hasta el final para girar a la derecha por la calle Gaspar justo antes de alcanzar la entrada a la B-20. Giraremos la primera a la izquierda (calle Prat de la Riba) y tras pasar las pistas de atletismo tomaremos la pista de tierra que conduce al monasterio de Sant Jeroni. Unos metros antes de llegar, a nuestra izquierda hay una zona donde aparcar. Aquí dejaremos el coche.

Distancia: 5 km.
Tiempo: 2 horas 30' con paradas
Tiempo para un adulto: 1 hora 30' sin paradas.

Mapa de la ruta - ICC

Desde el aparcamiento seguimos las marcas blancas y rojas del GR 92, que, en lugar de continuar por  la pista de nuestra derecha, se enfilan por un pequeño caminito. Tanto si caminamos por la pista como si seguimos el senderillo llegaremos al mismo lugar, pues éste último no deja de ser un atajo. Si los niños son muy pequeños, es mejor caminar por la pista, ancha y cómoda. Nosotros seguimos las marcas del GR para que no sea tan monótono, dejando la pista para la vuelta.

Parking para los coches junto al monasterio

Seguimos las marcas del GR

Alguna zona algo más empinada

Jan a punto de salir nuevamente a la pista

Nos lleva poco tiempo salir  nuevamente a la pista. Poco a poco vamos ganando altura dejando atrás el monasterio. Jan trae la cámara de fotos que le han regalado por su cumpleaños los niños de su clase y no para de hacer fotos, según dice él, para su blog.

Avanzando cómodamente por la pista

Atrás queda el monasterio y el parking

Jan tomando una foto

¡Mira que foto, Erik!

Continuamos por la pista y pasamos bajo una torre de alta tensión acercándonos al Puig Castellar, que pronto divisamos a lo lejos. No estamos solos en absoluto. Entre ciclistas y otros excursionistas parece la ruta de hoy una romería.

Paseando tranquilamente

Dejando atrás la torre de alta tensión

El Puig Castellar ya a la vista

Un poco más adelante a nuestra derecha sale un camino con cipreses a ambos lados que nos conduce hasta la ermita de Sant Climent, erigida por los monjes del monasterio de Sant Jeroni allá por 1673. En 1980 fue reconstruida por el Centro Excursionista de Badalona. Hoy se encuentra en un buen estado de conservación, en comparación  con hace unos años. Por la parte trasera de la ermita sale un caminito que nos conduciría hasta la ermita de Sant Onofre, siguiendo el cordal. Desde allí podríamos bajar al monasterio por otro sendero que en fuerte bajada nos dejaría en la parte posterior de éste.

Camino que nos conduce a la ermita

Entrada de la ermita

Ermita de Sant Climent

De vuelta al camino

Volvemos nuevamente a la pista y un poco más adelante a nuestra izquierda está el desvío señalizado hacia el Cau d'en Genís, un sepulcro fechado en la Edad de Bronce donde se encontró huesos y vasos de cerámica.

Desvío hacia el Cau d'en Genís

Bajando rodeados de arbustos

Llegando al sepulcro

Sepultura megalítica

Jan fotografiando la entrada

De vuelta al camino ascendemos suavemente hasta la entrada al poblado ibérico del Puig Castellar. Antes un poste indicador me da la razón delante de la familia cuando les decía que subiríamos al Turó del Pollo y tenía que aguantar sus bromas (en especial de Jan que no entendía muy bien eso del pollo) porque no me creían. Un monolito a la entrada dedicado a Llibert Carulla (impulsor del senderismo en Catalunya y promotor del GR 92) nos da la bienvenida mientras a la izquierda un mirador nos invita a contemplar gran parte del área metropolitana de Barcelona.

"Veis como decía la verdad"

Camino hacia la entrada del poblado

Erik buscando el pollo por el camino

Monolito dedicado a Llibert Carulla

Mirador

El camino hacia la parte superior del poblado se suaviza con las escaleras de madera que nos ayudan a salvar el poco desnivel que hay. El poblado acogió a una tribu de layetanos entre los siglos VI y II a.C. y la mayoría de los restos encontrados se pueden ver visitando el Museo de la Torre Baldovina, en Santa Coloma.

Entrada al poblado

Subiendo por las escaleras

Badalona, Santa Coloma y Barcelona

Visitando las ruinas

Planta de una vivienda simple

En la cima hay un mirador techado con unos bancos de madera para disfrutar de las vistas. Un plafón te informa mediante un plano de la distribución de las calles del poblado. Foto de cima, unos tragos de agua de la cantimplora y la batallita que les cuento a los niños de cuando subí por primera vez con el colegio.

En la cima del Puig Castellar

Erik observando el plano

Puig Castellar, 303 m.

Abandonamos el mirador dejando espacio a un nutrido grupo senderista (esto de hacer rutas en domingo nunca me ha parecido una buena idea), mientras nos cruzamos con otro (¿o son del mismo grupo?) en la bajada. Volvemos por el mismo camino hasta donde hemos dejado el coche, pero en esta ocasión seguimos la pista hasta el parking, dejando de lado la bajada por el GR. De allí nos acercamos al monasterio con la intención de visitarlo.

Jan no para de sacar fotos con su cámara nueva

Bajando del poblado

Nos acercamos al monasterio

Cuando llegamos a Sant Jeroni de la Murtra acaban de cerrar. El monasterio se puede visitar todos los fines de semana de hasta las 13:00 horas. El primer domingo de cada mes la visita es guiada. Sin embargo el acceso al claustro está abierto, pues en la capilla se está celebrando una misa rociera, y entramos a visitarlo. El monasterio es un antiguo cenobio de la orden jerónima construido en estilo gótico en el siglo XV y destaca porque en él fue recibido Colón por los Reyes Católicos (Fernando se recuperaba de un intento de asesinato por parte de Joan de Canyamars) al regreso de su primer viaje a las Indias. Tras la corta visita, al coche que es la hora de hacer el vermut.

Vaya, está cerrado

Galería con sus bóvedas góticas nervadas

Claustro

La tropa al final de la excursión

sábado, 18 de mayo de 2013

Santuario del Far

El Far es el risco (o "cinglera" en catalán) más oriental del Collsacabra con una altura de 1124 metros. Su relieve en forma de proa de barco permite contemplar unas vistas que, en mi caso, no sé describir con palabras. Realmente es un lugar que merece la pena visitar, bien sea a pie, como nosotros, o simplemente llegando en coche hasta el Santuario de la Mare de Deu del Far. Iniciamos la excursión en Sant Martí de Sacalm, un conjunto de dos o tres masías situadas a los pies del risco. Para llegar hasta aquí desde Barcelona seguiremos la AP-7 hasta la salida 9AB, para dirigirnos hacia Santa Coloma de Farners. Pasada esta localidad, se continua por la carretera hacia Anglès y Amer. En este pueblo estaremos atentos para coger el desvío señalizado hacia Sant Martí de Sacalm.

Distancia: 9 km.
Tiempo: 4 horas, con paradas
Tiempo para un adulto: 2 h 45', sin paradas.

Mapa de la ruta - Ed. Alpina

Comenzamos a caminar abriendo la valla que impide al ganado salir a la carretera y avanzamos por la pista forestal en dirección al risco. He de reconocer que la señalización de la ruta ha mejorado bastante. Sólo tenemos que seguir las marcas blancas y amarillas del PR que nos llevarán hasta lo alto del Far. Pasaremos un bonito roble y dejaremos a nuestra izquierda el camino que conduce al castillo de Fornils. Un poco más adelante, un poste indicador nos invita a abandonar la pista forestal y adentrarnos en el bosque.

El Far visto desde el inicio de la ruta

Superamos la valla...

...dejamos a la izquierda el camino que conduce al Castell de Fornils...

...y nos desviamos a la izquierda tal como señala el poste

Poco a poco nos vamos acercando al risco rodeados de encinas. Jan me pregunta cómo vamos a subir hasta arriba si no llevamos cuerdas para escalar. Le digo que por un camino secreto que no conoce ni Tadeo Jones, y es que realmente parece imposible superar esa mole de roca sin material de escalada. Sin perder de vista las marcas blancas y amarillas avanzamos por un camino cada vez más descompuesto hasta que lo abandonamos para seguir por un senderito que sale a nuestra izquierda marcado por un poste de madera.

Acercándonos al risco

El camino es fácil al principio...

...aunque se complica un poco más adelante

Seguimos en todo momento las marcas blancas y amarillas

Abandonamos el camino en este punto

Seguimos ascendiendo suavemente por una zona más frondosa hasta llegar a una roca que marca el punto donde el sendero se bifurca. La flecha que indica CURT señala el camino hacia el Far por el Grau de Sant Martí, más corto pero de fuerte pendiente. La que indica SUAU señala el camino más largo, pero más suave para subir por el Grau de Santa Anna. Por ambos caminos llegaremos hasta arriba del risco, sólo deberemos decidirnos por uno de ellos. Nosotros escogemos para la subida el Grau de Sant Martí y dejamos el de Santa Anna para la bajada.

Avanzando por un espeso bosque

Curioso sitio a donde a ido a parar la roca

Piedra que marca la bifurcación del camino

Así pues seguimos las marcas del camino "corto" que, al principio, suavemente nos lleva hasta los pies del Grau de Sant Martí, un paso pegado al risco que en fuerte subida nos conducirá hasta la parte superior. Poco a poco trepamos por las rocas y vamos superando el desnivel. La subida es dura, así que nos lo vamos tomando con calma, menos los niños a los que parece que el cola cao de la mañana les ha sentado de maravilla. Antes de llegar a la parte superior encontramos una placa dedicada a la Mare de Deu del Far, una de las muchas muestras de devoción a la virgen que hay repartidas por la zona.

La madre al inicio de la subida

Erik encabezando el grupo

Ya estamos casi arriba

Placa en agradecimiento a la virgen del Far

Alcanzamos la parte superior del risco y el sendero nos conduce a la carretera. La seguimos hacia la izquierda para dirigirnos al santuario dejando a la derecha la ermita de Santa Anna que visitaremos a la vuelta para descender por el paso que parte junto a ella. Unos diez minutos de asfalto amenizados por las rocas pintadas en las que o se nos da la bienvenida o un fiero dragón vigila el acceso al santuario


Dejamos atrás la subida...

...y continuamos por la carretera

Bienvenidos al Far

Jan luchando con el dragón

El santuario de la Mare de Deu del Far aparece ya documentado en el año 1269, aunque fue destruido por los terremotos de 1428 para ser reconstruido más tarde. Hoy casi no queda ningún vestigio de esa época y sólo la fachada conserva el aspecto de la última reforma que le hicieron en el siglo XVII. En su interior está la imagen de alabastro de la Virgen, fechada en el siglo XV. La leyenda cuenta que unos marineros que estaban a punto de naufragar vieron la cima del Far y prometieron construir una ermita si se salvaban. Junto a la ermita se encuentra la hospedería con un restaurante que tiene muy buena pinta. También hay una zona de picnic y barbacoa y unos columpios para los niños. Pero lo mejor son las vistas que disfrutaremos, razón más que suficiente para visitar este lugar.

Llegando al santuario

Altar e imagen de la virgen

El Far, 1124 m.

Sant Marti Sacalm desde el Far

L'Agullola, los riscos de Tavertet y la Rocallarga

Panorámica hacia las Guilleries

Entramos en el restaurante y nos tomamos un café. La idea que tenemos es continuar por el sendero que bordea el risco y desviarnos posteriormente hacia la carretera hasta llegar a la ermita de Santa Anna, para bajar por el paso del mismo nombre. Así pues, pasamos junto a la zona de barbacoas y los columpios y caminamos por el senderito que sale a la izquierda siguiendo las marcas blancas que hay pintadas en los árboles. Este camino conduce hasta el Grau de Cabrafiga, por si quisiéramos bajar por la otra vertiente del risco.

Seguimos las marcas blancas de los árboles

La familia en un pequeño mirador

El sendero que bordea el risco no es peligroso. Sí lo son los claros que se nos abren a lo largo del camino y donde es mejor que los niños no se asomen como tampoco las personas que sufran de vértigo. Eso sí, las vistas son impresionantes aunque conviene ser prudente y no acercarse mucho al borde. También hay que vigilar con el viento, que suele soplar a veces con fuerza y ya se sabe que un empujoncito es una invitación a la reencarnación.

Detalle del risco

Pura vida

La madre, más prudente

Abandonamos este primer mirador y continuamos caminando por el sendero hasta llegar a un nuevo claro donde las vistas son mucho más espectaculares. Vigilemos a los pequeños y si tenemos vértigo, mejor nos quedamos atrás.

El camino atraviesa algún que otro prado

Un nuevo mirador

Aquí sí os dejo haceros una foto

Otra vez desafiando el vértigo

Detalle del risco hacia Rupit

El risco en sentido contrario

Un buen trampolín para hacer salto BASE

El sendero se separa del risco introduciéndose en el bosque hasta llegar a una bifurcación. Tomamos el desvío hacia la derecha para volver a la carretera y dirigirnos hacia la ermita de Santa Anna. En este punto debo haberme despistado, pues el sendero no coincide con el mapa de Alpina, ya que debemos atravesar tres pequeños prados con la hierba bastante alta para llegar a la carretera unos cien metros antes de la ermita, cuando, en teoría, deberíamos haber salido mucho más abajo. La parte positiva es que nos hemos ahorrado un rato de asfalto.

El sendero se aleja del borde del risco

Cruzando los prados siguiendo un caminito apenas marcado

Ermita de Santa Anna

La ermita de Santa Anna fue consagrada en 1498 y se encuentra en un estupendo estado tras la última restauración. La encontramos cerrada, pero por una ventana enrejada podemos ver su interior. A la derecha de la ermita se inicia el camino de bajada, por el Grau de Santa Anna, que nos llevará de vuelta hasta Sant Martí Sacalm. La bajada, aunque también es pronunciada, va serpenteando y suaviza el desnivel.

Interior de la ermita

Punto de inicio del Grau de Santa Anna

El desnivel es más suave por este lado

Pasando por una zona más descompuesta

Una vez al final del Grau de Santa Anna, el camino ondula en pequeñas subidas y bajadas hasta llegar al punto donde la roca marcaba la bifurcación del sendero. A partir de este punto sólo nos queda seguir el mismo camino de ida que nos conducirá hasta Sant Martí de Sacalm, finalizando la excursión.

Llegando a la bifurcación de los graus

Ya se divisa Sant Martí de Sacalm

Una última mirada al imponente Far